Arquitectura bioclimática
La arquitectura de Sommos destaca por la singularidad de sus formas y por la fuerza de sus materiales (acero y vidrio).
Surge armónica y profusamente rodeada de viñedos, variando el camino y su contemplación al compás de las estaciones.
Pero si la vista inicial impresiona, aún queda mucho por descubrir.
27 de los 54 metros de altura de la bodega están soterrados, logrando un ahorro energético del 70%. Conseguir un edificio bioclimático fue una de las grandes apuestas del equipo del prestigioso arquitecto Jesús Marino Pascual, encargado del proyecto.
Así, los muros de las naves que dan al exterior aparecen recubiertos con parasoles de lamas de acero inoxidable, la cubierta es vegetal, y puertas y ventanales del edificio (fundamentalmente de las zonas de uso social y el restaurante) han sido dotados de grandes vuelos para mantener la temperatura.
Junto al control natural que determina la arquitectura de la bodega, Sommos está dotada de un sistema adicional de climatización en la nave de barricas que regula la humedad (un 80%) y la temperatura, manteniéndola a 14ºC.
Además, el diseño se estableció también con otro objetivo: poder emplear la gravedad (con la ayuda de los 27 metros de altura) como medio de transporte para nuestras uvas y vino, incrementando su cuidado y calidad.